dijous, 20 d’octubre del 2011

El larario



La imagen de referencia es uno de los ejemplos más conocidos de un objeto de culto familiar indispensable en una casa romana. Se trata del larario de la Casa de los  Vetti en una ciudad antigua, cuyos restos arqueológicos  legaron huella de la civilización romana. Su notable conservación se debe a que en el 77 AD (iniciales de Anno Domini ), quedó sepultado bajo las cenizas de la erupción del volcán Vesubio El objeto en cuestión se encuentra, como es habitual, en el atrium de la casa. Representa a los dioses familiares que le dan nombre, los Lares que aquí son dos adolescentes que celebran un sacrificio, junto a un personaje togado. La serpiente representa el espíritu que protege al paterfamilias, llamado Genius , que fundamenta con su presencia el espíritu conservador romano. Las columnas y el frontón que sustentan, le dan un aspecto de edificio religioso a la griega. Las serpientes tienen fama contradictoria. El propio Virgilio, le da forma de serpientes a los monstruos marinos que devoran al sacerdote  Laoconte y a sus hijos, cuando aquél se atreve a profetizar el peligro que supone para Troya aceptar el supuesto regalo de los griegos, el enorme caballo.  Una escena terrible que se inmortalizó en una estatua del siglo 1 aC que se encuentra en un museo en la ciudad estado de Vaticano
 Claro está que tampoco los caballos tienen la culpa de nada. Son los conductores de los carros que les llevan al triunfo, aunque luego Aquiles se dedique a sacrificar nada menos que cuatro caballos y dos perros para que acompañen a su amado Patroclo en su travesía del Hades. Lo cuenta Homero en su obra Iliada




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